coterraneus – el blog de Francisco Núñez del Arco Proaño


ECUATORIANOS EN DRESDEN

ECUATORIANOS EN DRESDEN

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El pasado viernes 13 de Febrero de 2014 se conmemoraron los 70 años de uno de los crímenes más brutales de la historia de la humanidad: el bombardeo de la ciudad Alemana de Dresde, ciudad abierta, denominada entonces por la Cruz Roja Internacional como “ciudad hospital” sin ningún tipo de protección u objetivo militar, y en la que murieron en unos pocos minutos mas de 150 mil personas (cifras oficiales) de 30 países diferentes, mismas que se habían refugiado en esta ciudad abierta.

El reconocido historiador alemán (Doctor Honoris Causa de la Universidad de Ámsterdam) Jörg Friedrich en su obra “El Incendio” (Editorial Taurus, México, 2005, pp. 343 y siguientes) nos dice sobre este bombardeo: “Esta fue por otra parte la versión moderada de los ataques bacteriológicos y con gas que Churchill pretendía ejecutar en 60 ciudades alemanas… La ciudad sobre la que se desató el Thunderclap estaba bien retirada y era tan insignificante para esta guerra que había sido ignorada durante cuatro años y medio… El plan de exterminio forjado… se convirtió en un arma efectiva… A diferencia de lo sucedido en Hamburgo o en Kassel, a partir de entonces las operaciones con número de muertos de cinco cifras se provocaban intencionadamente… El ataque número uno caza a las personas en los refugios. El ataque número dos les quita protección y los abandona. La capacidad de protección de los sótanos se agota a las dos horas. Bajo un barrio ardiendo, los sótanos no pueden preservar la vida durante más tiempo, y aquel que se vuelve a refugiar bajo tierra después de segundo ataque seguramente no saldrá nunca. Los que intentan protegerse al aire libre, también fracasan, como ocurrió con los que buscaron el amparo del Gran Jardín de Dresde. Esta es la lógica del procedimiento del exterminio masivo.”

Sorprenderá a muchos conocer que también hubo ecuatorianos que sufrieron ese día –es notorio el caso de la madre, los hermanos y el mismo futuro canciller de la República del Ecuador, Heinz Moeller Freile; no sorprenderá tanto en cambio notar la disparidad en cuanto a la atención y cobertura sobre este hecho criminal y la atención desmesurada de los medios de comunicación masiva sobre el así llamado «holocausto» judío.

Mucho menos todavía sorprenderá caer en perturbadora cuenta de que los mismos poderes fácticos que organizaron con cinismo sin par la matanza de Dresde y muchas otras, enviando miles de bombarderos sobre una ciudad abierta, sobre refugiados, mujeres, ancianos y niños que huían del este, para rociarlos con fósforo –tal como Israel lo realizó en sus bombardeos el año pasado contra la franja de Gaza- son los mismos poderes fácticos que en nuestros días han cometido y cometen genocidio en Palestina, en Irak, en Afganistán, etc.

Y ante todo esto, para el principal responsable de esta y muchas otras masacres y crímenes contra ecuatorianos inclusive -como la entrega de media Europa a las hordas comunistas de la Unión Soviética-, “Sir” Winston Churchill por la gracia de su majestad británica, no hubo un Núremberg, sino que hasta se le construyeron monumentos que inundaron las plazas, y escandalizados vemos con afrenta uno de ellos en nuestra franciscana y querida ciudad. Como quiteños, no debemos soportar que el crimen sea ensalzado en ninguna de sus formas, y como quiteños debemos exigir la retirada de ese infame monumento a ese criminal invicto y aún no juzgado que “decora” una de las principales avenidas de la ciudad, mientras a González Suarez se lo tiene como cuidador de baños en la plaza chica.

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