coterraneus – el blog de Francisco Núñez del Arco Proaño


La Asamblea General del Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica me ha electo como su presidente para el periodo 2013-2015. Me honro así en presidir una de las instituciones culturales y académicas vigentes más antiguas y con mayor trayectoria del Ecuador. A mis 27 años me convierto en el presidente más joven que ha tenido la misma. Aspiro estar a la altura de los ilustres personajes como Carlos Manuel Larrea, José Gabriel Navarro, Julio Tobar Donoso, Gonzalo Zaldumbide, José Rumazo, Jorge Luna Yepes; entre los más destacados que me precedieron en la posición que ahora me compete como presidente del IECH. Con la ayuda de todos los nuevos miembros del Directorio estoy seguro del éxito durante mi gestión. Y todos ustedes, queridos amigos, siéntanse bienvenidos en nuestra Casa de Benalcázar para el engrandecimiento de la cultura hispano-ecuatoriana. Arriba reblogueada consta la nómina completa del Directorio 2013-2015 publicada en el blog del IECH.



CATILINA Y LA COMPLEJIDAD DE LO POLÍTICO

Maccari-Cicero_Catilina

María Augusta Calle reconoció hace unas semanas que en el actual gobierno y por tanto en el que vendrá, existen “tendencias”. Tras la victoria de ayer, desde la Plaza Grande el presidente Rafael Correa ha expresado que se siente más identificado con una “derecha moderada” que con una “izquierda infantil”. Además le tendió la mano a Lasso, le guiñó el ojo a Acosta (absurdo político) y quiso coquetear con Obama (sin comentarios). A todo esto, es claro que, al menos para quienes tratamos de ver todo el panorama, en el proceso político que se ha denominado Revolución Ciudadana existen ideas, propuestas e intereses enfrentados, quien sabe si hasta fines dispares. Que hay un sector de la derecha económica que apoya al gobierno no es un hecho desconocido para nadie. Que hay otro sector de la derecha ideológica que ven a Rafael Correa como el “hombre necesario”, tampoco debería sorprender. Que el marxismo cultural hace de las suyas en otra ala del gobierno tampoco es novedad.  Que al actual proceso político se le siga calificando como de “izquierda” clásica por muchos es un desplante mal intencionado y propio de mentes tropicales, de mentes limitadas.

Perón, ese conductor político que reivindicaba la “tercera vía” en su momento, allá en la década de los 70’s y en otra plaza, la Plaza de Mayo, echó a la izquierda radical de su entorno encarnada en la figura de los Montoneros, literalmente los echó a los gritos… ¿Ayer Rafael Correa terminó de echar a los tira piedras (MPD, PCMLE, Pachakutik y demás ultraizquierdistas financiados por la CIA) de la plaza con sus palabras? ¿Las tendencias de las que habla Calle, son similares a las tensiones que acabaron haciendo del peronismo todo y nada a la vez? ¿Se puede ser políticamente correcto con el presidente de un país con una política criminal como los EE.UU.?Preguntas que cada uno de ustedes deberá responder. Sin embargo, espero que no suceda a este gobierno un “correismo”, que se convierta como lo que ya es un “peronismo” en Argentina, o sea que en realidad abarca todo el espectro político, una realidad inentendible y nada práctica que acaba abortando todos los fines Políticos (Ver: EL CONCEPTO DE LO POLÍTICO de Carl Schmitt) de cualquier país, y los enfrasca cada vez en los medios políticos de su interioridad.

Catilina, ese Catilina maltratado por la historia oficial de Roma -y hasta por algún literato ecuatoriano-, en donde en cambio se ha exaltado a ese perfecto modelo de burgués que fue Cicerón, simbolizó  y simboliza para la historia de los siglos la complejidad del proceso político de la última etapa de la República de Roma. Etapa en la que ya todos eran nada y lo que alguna vez fue aristocracia había degenerado en oligarquía, con un buen aporte de sangre extra patricia llena de oro. Ese Catilina en toda su complejidad murió en medio de la guerra civil, en plena batalla ofreciendo su propia vida como ofrenda para el futuro. Sus sucesores, Julio César y Augusto le devolvieron a Roma el único atributo que podría haberla salvado: La Unidad. De la complejidad y el caos resurgió la gloria de Roma que aún perduró por siglos y de la cual siguen muchos reclamándose herederos. La América del Sur del siglo XXI, el Ecuador en particular, me recuerda insistentemente a la Roma del siglo I a.C. ¿Seremos capaces de retomar la unidad liberadora como continente? ¿Habrá un Julio César y un Augusto para el Catilina que representan los actuales procesos políticos en todo el continente?

Eso señores, depende de nosotros, que bien podríamos quedarnos sentados pensando más sobre la complejidad de los procesos políticos, del proceso político por el que atraviesa Ecuador, o bien y mucho mejor en ese caso, debemos salir a construir con las herramientas (infraestructura y estabilidad política) que tenemos a nuestras manos y a luchar con las armas (cultura e información) que sin propósito alguno están desperdigas en el campo de Marte del Estado-nación.

Como siempre, el futuro nos pertenece si así decidimos hacerlo.

Simpliciter Francisco



ROMPAN TODO

ROMPAN TODO

Gabriel Ruiz de los Llanos

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Hoy toca romper todo
las nueve de la noche es buena hora para eso.
Se los convoca a destrozar los reductos enemigos.
Ya verán cuando arda si es en serio.
Que el fuego se confunda con los gritos, los gritos con la noche, la noche con el humo, el humo con el barrio, las llamas con las llamas.
Seamos el fuego.
El mundo sólo recuerda lo brutal y lo grande.
Seamos esa brutalidad y esa grandeza.
Por cada usurero corriendo despavorido, existe un premio prometido.
Fierros de todas clases, que no falten.
Teas, manoplas, cadenas, estopa, caños, botellas e inflamables, tampoco.
Armas por supuesto.
Que todos cumplan su trecho aéreo, pasando a través de las vidrieras, derrotando a los cristales.
Que los ladrillos tomen la palabra, cesen los males.
Los que se mueran de miedo, sin que nadie los toque, valen doble.
No confundir las piras, no mezclar.
Que haya estilo en eso.
Que cada cosa arda por su lado. Rige la piedra libre.
Cuánta humillación a manos de la canalla usuraria.
Despleguemos generosos nuestro odio múltiple y multicolor.
Demos paso a nuestro odio blanco y negro.
Fuego y fuego.
Subamos nuestro odio todo rojo.
Ese odio magistral para sacar mercaderes de los templos.
Para que no vuelvan a entrar más en ningún lado.
Hoy la oración será el blandir de las barreras
será multiplicar las ruinas.
Ellos nos han chupado la sangre y esquilmado.
Es justo que paguen con la sangre.
Acordonar el barrio.
Nadie se va sin previo aviso, sin posterior permiso.
Se autoriza el saqueo, las requisas, lo que sea.
El lugar ya lo conocen: el Barrio de la Usura.
Se agiten mil bastones, se sangren mil cabezas.
Los libros bastardos se queman aparte.
Juventudes, no levantar el cordón de las veredas, no hace falta.
Deben dejar leyendas aclaratorias en las inmediaciones, para que la gente sepa.
Que todo quede devastado. Después emparejaremos.
Nadie tiene derecho a pensar que con esto lo ha hecho todo.
Esto es un ejercicio espiritual, romper el Mal.
Sin burlas, sin palabras. Con fuego, que con fuego basta.
Cuando amanezca reunirse en las esquinas.
Vivar a la patria.
Corear canciones de esperanza.
Arreglarse un poco.
Despedirse.
Encolumnarse.
Respirar hondo.
Volver.

(Tres hombres, se ha dicho son capaces empero de llegar a la verdad a través de la contemplación del mundo visible: el poeta, el filósofo y el historiador)



Del amor a la decadencia

Los Vedas datan el inicio del Kali Yuga (la Era de la Muerte) en el 3.102 a.C., es curioso que desde los inicios del III milenio en Sumeria, Egipto y la India, comienza el culto a la Gran Diosa (simbolizada por el triángulo invertido o la gran vagina -gran útero- universal). La hija del Huracán: Innina es hija de Anún, dios del Cielo y el Huracán sumerios. Ella triunfa en esta época, hacia el año 2.900 – 2.800 a.C. El mayor templo de Warka le fue consagrado.

El culto aparece como la continuación mítica de la muerte del “monstruo-viento” por Gilgamés. Igual que según Hesíodo: el Tiempo castró al viejo Urano y los órganos genitales del dios cayeron al mar, donde una espuma nació de su esperma y Afrodita, hija póstuma del Huracán, surgió de la aguas. Pero Afrodita será el planeta Venus (diosa del amor), como lo era la diosa sumeria.

El Libro de Gilgamés (Libro del hombre que ha visto), explica que Warka (Uruc), ciudad de la diosa, se había convertido en la ciudad de las cortesanas, las hijas de la alegría y la prostitución. Se cree que la obra fue escrita en su primera versión hacia el 2.500 a. C. y la versión que nos ha llegado es del año 2.000. De donde sin duda, una desvalorización de Innina, que no debía estar tan afirmada a comienzos del III milenio. Por tanto, se concede una gran antigüedad al relato de la revolución de Gilgamés ante las tentativas de seducción de la diosa venusiana.

“Yo te he dado el aceite y el pan -proclama el héroe-, te he ofrecido libaciones, ¿mas por qué he de casarme contigo? Tu puerta no protege de la tempestad ni a nadie preserva. Todos los héroes han abusado de ti y se han arrepentido. A Tamuz (Dumuzi) solo has sabido aportar la desolación.”

En un lenguaje más simbólico la recrimina más duramente:

“Tú has quebrado las alas del Pájaro, has atrapado siete veces al León; al Caballo le impones el bocado, la espuela y el latigo.”

Venus, popularmente es conocida como la diosa del amor, pero, su afecto se limita a la lujuria.

¡Feliz día del amor a todos!



BLOG DEL IECH
febrero 12, 2013, 9:09 pm
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El Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica (IECH) ha abierto su bitácora electrónica o blog. Allí podrán encontrar toda la información relacionada a sus actividades: desde los textos de las conferencias brindadas, hasta la historia, fotos y novedades del IECH.

El blog está enlazado a todas las redes sociales e informativas como facebook y twitter, será, sin duda alguna, una poderosa herramienta de conocimiento y difusión cultural.

Naveguen por este y compártanlo libremente, se los recomiendo:

http://institutoecuatorianodeculturahispanica.wordpress.com/

Paco



Quito, Carlos V y nuestra memoria histórica.

Lectores todos:

Comparto con ustedes la ponencia que leí en el Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica este jueves, 7 de febrero de 2013, en el marco de la conmemoración de la concesión del título Muy Noble y Muy Leal a la ciudad de San Francisco de Quito el 14 de febrero de 1556.

Como siempre, saquen cada uno de ustedes sus propias conclusiones:

Quito, Carlos V y nuestra memoria histórica

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Jueves, 07 de febrero de 2013: Vista del auditorio durante la conferencia que se realizó con motivo del 457° aniversario del otorgamiento del título “Muy Noble y Muy Leal” a la ciudad de San Francisco de Quito por el emperador Carlos V el 14 de febrero de 1556, en el Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica .

De acuerdo a sus atribuciones de Jefe Supremo y en “observancia de sus deberes internacionales”, Eloy Alfaro Delgado en su célebre carta del 19 de diciembre de 1895, donde requiere a Su Majestad la Reina María Cristina, Regente de España, la independencia de Cuba  siguiendo, en sus palabras,  el “prudente consejo que en tiempo oportuno, dio el Gabinete Británico”; afirmó que: “El pueblo del Ecuador… un tiempo formó parte de la Monarquía Española… a la cual le ligan los vínculos de la amistad, de la sangre, del idioma y de las tradiciones…”. Se despide en esas mismas líneas con el “sincero deseo de que se acreciente la gloria del Trono que, con tanta prudencia como sabiduría, ocupa V.M., en nombre y representación de su augusto hijo D. Alfonso XIII, a quien Dios Guarde.”[1]

No se equivocaba el Viejo Luchador cuando afirmaba que el pueblo del Ecuador, es decir, los quiteños audienciales o quitenses de entonces formaron parte íntegra de la Monarquía Española, así, por lo lazos de todos tipo y no en una mera dependencia colonial. Visión clara y definitoria la tuvo Alfaro, que se adelantó un siglo a los historiadores ecuatorianos como Jaime Rodríguez O., que han dejado de utilizar la palabra “colonia” e “imperio” -en el peor de sus sentidos- para hablar en la corrección histórica de lo que fue, de la realidad objetiva de la Monarquía Universal Hispánica.

En el contexto de la Monarquía Universal Hispánica, el emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico y I de España, el 14 de febrero de 1556, otorga a la ciudad el título de “Muy Noble y Muy Leal  Ciudad de San Francisco de Quito”, en razón de los servicios prestados a la Corona frente a la rebelión de Gonzalo Pizarro y debido a su función como centro de expansión territorial de la Monarquía Hispánica en América.  “Eran reconocidos y notorios los grandes y leales servicios que la dicha ciudad nos había siempre hecho”, reza la Real Cédula de concesión del título.

Juan J. Paz y Miño Cepeda, Cronista de la Ciudad, acota que:

La “Villa” de San Francisco recién adquirió el título de “Ciudad” por la Cédula Real de Carlos V, del 14 de marzo de 1541, fecha en la cual el Rey también concedió a la nueva Ciudad un “Escudo de Armas” -escudo que sigue vigente-, cuya descripción consta en la misma Acta, así como la copia del dibujo a color, todo lo cual también forma parte del patrimonio documental del Archivo Metropolitano de Historia. Cabe añadir que el mismo Monarca, por Cédula del 14 de febrero de 1556, otorgó a la Ciudad de San Francisco de Quito el título de “Muy Noble y Muy Leal”.[2]

De esta forma, para Quito esta efeméride después de la fundación de la villa y de la concesión del título de ciudad, viene a constituirse como la tercera fecha  más representativa en su cronología documentada.

El Municipio celebra todos los años esta fecha, realizando eventos sociales, culturales, académicos y artísticos. La historia sobre este particular hecho recuerda la gallardía de la capital del Ecuador y el Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica, acorde a sus objetivos de difusión cultural y cívica realiza esta noche la conferencia debida al respecto.

Les ruego me permitan incluir en esta exposición un par de experiencias personales.

Cuando hace un par de años me encontraba en un vuelo de regreso desde Europa al Ecuador, junto al gran amigo y distinguido miembro de esta Institución, D. Carlos Trueba, tuvimos como compañero de asiento a un joven austriaco de nuestra generación, quien por cierto manejaba un excelente castellano.

Evidentemente en las aproximadas 12 horas de vuelo que tuvimos, la conversación entre los tres fue fluyendo de manera natural, y entre banalidades idas y vividas, como no podía ser de otra manera, saqué a relucir la historia, y le pregunté si tenía idea que alguna vez habíamos compartido un monarca. Cuando dije esto su cara se tornó absorta… no podía creerlo y no daba credibilidad a mis palabras. Le di unos minutos para que adivinara, pero finalmente se rindió. Le informé que Carlos V, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico -por tanto soberano de Austria- también había sido Rey de España y de las Indias, como Carlos I -por tanto soberano de Quito-, después de todo su misma dinastía en España y América llevó el nombre de su país: los Austrias. Como no pudo ubicar el nombre en español, haciendo un poco de esfuerzo pronuncié su nombre en alemán: Karl der Fünfte, el Kaiser Karl der Fünfte; enseguida él entendió de quien hablaba finalmente, hecho que no le quitó la sorpresa de su rostro. Era la primera vez que él se concientizaba sobre la extensión de uno de los Imperios más extensos que haya conocido la historia. Berlín y Quito, Toledo y México, Viena y Panamá, todas bajos un mismo cetro. Anécdota para el austriaco, realidad espacial, histórica y geopolítica para los quiteños, realidad geopolítica que durante tres siglos, como parte integrante de la Monarquía Universal Española, del llamado Imperio Español, nos posicionó como el mayor y más grande Poder del planeta.

Se me solicitó que hablara esta noche sobre la figura del emperador en sí, en evidente relación con Carlos V y con su antecesor en nuestras tierras, Atahualpa. Sin embargo, en el momento actual esto sería vano, no solo debido al desconocimiento de nuestro pasado por la gran mayoría de ecuatorianos sino y sobre todo, debido a que ya le cupo a Jorge Salvador Lara, quien formó parte de nuestro Instituto -y que fuera entre otras dignidades, Cronista de la Ciudad y Presidente Vitalicio de la Academia Nacional de Historia-, al inaugurar la “Semana de Carlos V” con la que  honró Quito al Emperador en 1958, con ocasión del IV Centenario de su Fallecimiento el 21 de septiembre de 1558, le cupo -como ya dije- entonces escribir “Quito y el emperador Carlos V”; seria, documentada y profunda conferencia que sin duda debe ser  la base para un futuro y ampliado estudio, y así lo haremos, mas la hora precisa de otro tipo de reflexiones. Valga decir que tuve el agrado de digitalizar, hace unos años ya, y subir a la red de redes, el internet, esa obra de Jorge Salvador Lara para conocimiento de las nuevas generaciones que tienen como espacio de investigación casi exclusivo este medio virtual. Mal acostumbrados a googlearlo todo, no podía dejar que ese texto se desconociera en internet, más ahora cuando casi nadie visita las bibliotecas.

En el norte de la ciudad, en el noroeste para ser preciso, se ubica la Avenida Emperador Carlos V, a la altura de la Base Aérea, se extiende desde la Avenida de la Prensa hasta la Avenida Mariscal Antonio José de Sucre, más conocida como Occidental. Dato necesario de conocer, que sin embargo, por la ubicación y fecha de denominación de la avenida, refleja mucho de nuestro problema como país, de nuestro problema identitario. Resalto esto, nuestro problema como país es la identidad o mejor dicho, la falta de esta.

En el año 1980, durante su visita a Quito, los reyes de España Juan Carlos y Sofía  – quienes visitaron esta Casa- expresaron su interés en presentar una ofrenda floral al monumento de Atahualpa, el Emperador del Tahuantinsuyo, si cabe el término, y sí, cabe. Paradójicamente, la ciudad que se precia -con acierto o no- como la cuna de Atahualpa no contaba con NINGÚN monumento en memoria al Inca, por lo que el alcalde Álvaro Pérez Intriago y autoridades del Municipio, tuvieron que readecuar a uno de los bustos de la plaza Indoamérica, para que representara a Atahualpa.

En la fachada principal del Palacio Real de Madrid, la que da a la Iglesia de la Almudena y a la derecha de la puerta principal, se yergue la imagen del Emperador Atahualpa, al que le tocó vivir y morir como último Inca. La estatua data de mediados del siglo XVIII (1700’s), y fue mandada a erigir junto a la estatua de Moctezuma -que flanquea la izquierda de la entrada- por Felipe V y la concluyó Fernando VI, reyes de España y antepasados de Juan Carlos.

Recién en 1996 Quito levantó un monumento a Atahualpa en el redondel de la ciudadela del mismo nombre, en el sur de la ciudad. Y aquí es donde los dos emperadores vuelven a reunir su destino casi cinco siglos después: ambos fueron relegados en el espacio público y en el tiempo de la ciudad de Quito, ciudad que les adeuda mucho a ambos, cosa que por otro lado no impidió que hubiera una calle Reina Victoria u otra Mariscal Foch en uno de los barrios más céntricos y conocidos de la capital, antes que una Avenida Atahualpa y que de una Avenida Carlos V.

Winston Churchill -con todos los aciertos o desaciertos que poseyera- tuvo monumento en Quito una década y un lustro antes que Atahualpa. Y claro está, Carlos V aún no tiene monumento en Quito, cuando debería haberlo tenido, junto a Atahualpa, desde hace siglos. Bien se lo merece, ya lo dije alguna vez:  Quiteños fueron y son quienes han hecho Patria en torno suyo… han hecho Patria con su Sangre, con su Espíritu, y con su Voluntad, quiteños, fueron desde Atahualpa quien impuso esta como su sede de facto, quiteño fue Benalcázar que dio su voluntad y su victoria por Quito; quiteños fueron los argonautas de la selva como Orellana que nos dio un mundo a orillas del río-mar Amazonas, llave de un continente; quiteño fue Carlos I y V quien amó y procuró la edificación de su  lejana ciudad. Puesto que como ya lo señalara Jorge Salvador Lara en su referida obra, Carlos V fue: “Heredero de Carlomagno, soberano católico y ecuménico, bien hace el universo en recordarle. Y Quito, a la que él amó particularmente, a la que dio nombre de ciudad, pendón y escudo de armas, obispado y título de lealtad y nobleza, monasterios y dones…”… le debe la erección de un monumento. Nos queda como tarea pendiente, entre las muchas que quedan para ser asumidas como gratos retos para la nueva generación del IECH.

Unos me han acusado de ser “lírico” en mis exposiciones, otros por su parte también me han acusado de ser demasiado “científico” en mi trabajo, por lo mismo quiero concluir esta intervención con algunos datos relacionados a la conquista de América para así sostener lo lírico con lo científico:

Luis Corsi Otálora señala:

Era de suponer que la ocupación de una potencia extranjera en áreas tan vastas como las de Hispanoamérica se tradujese en sus rasgos esenciales, cuales son los de significativos volúmenes transitorios de población alógena dedicados a la exacción de sus riquezas, con el apoyo armado de fuertes contingentes integrados por personas sin vínculo con la región, afín de poder ejercer una represión sin escrúpulos. Ninguno de estos factores jamás llegó aquí a ser configurado.

Y continúa:

En efecto, si bien es cierto que en un comienzo se dio un fuerte flujo de oro y plata hacia la Península Ibérica, éste -en sus cuatro quintas partes- estaba constituido por el pago de semillas, ganado, herramientas y mercancías indispensables a la puesta en valor del desarrollo económico en sus diferentes zonas; en un detallado cuadro que va de 1515 a 1600 Alberto Pardo muestra como la balanza comercial durante este período desde España fue de 67.637 toneladas de exportación contra 43.728 toneladas de importaciones. El impacto de las nuevas tecnologías transmitidas a través de ellas fue verdaderamente espectacular, pues si un hombre con sus solas fuerzas necesita 40 días para preparar una hectárea, este tiempo se reduce a un día cuando lo hace con un arado y dos caballos; hasta el temprano 1570, de la Metrópoli se habían despachado 20.000 rejas para arados. El tiempo de corte de un árbol con hacha de acero descendía de dos meses a dos días, por lo cual los indígenas se batían a muerte por su adquisición; y una herradura de acero valía más que su peso en oro.[3]

Valga este dato para los que aún siguen traumados por el oro.

Casi once años después de haber escrito a la Reina María Cristina de España, Eloy Alfaro volvió a afirmar la vocación hispánica de nuestro país cuando pronunció durante su breve pero iluminado discurso del 10 de agosto de 1906, día de la inauguración del monumento a la independencia, que hoy adorna el centro de la Playa Mayor de Quito, la Plaza Grande -como ya lo ha anotado Daniel Crespo Cuesta-, esta contundente frase: “España nos dio cuanto podía darnos, su civilización; y, apagada ya la tea de la discordia, hoy día, sus glorias son nuestras glorias, y las más brillantes páginas de nuestra historia, pertenecen a la historia española.”[4]

¡Señoras y señores!

Muchas gracias.

Francisco Núñez del Arco y Proaño de los Ríos  

San Francisco de Quito, 7 de febrero de 2013

Información adicional: Quito celebra desde el 2008 el 14 de febrero la concesión del título Muy Noble y Muy Leal y su coincidencia con el Día del Amor y la Amistad con el festival “Quito ciudad del amor y los geranios”, iniciativa que nació de Marco Chiriboga Villaquirán.


[1] En “El Scyri – Diario liberal de la mañana” N° 5, Quito, martes 11 de febrero de 1896.

[3] Luis Corsi Otálora en Visión contra-corriente de la independencia americana, revista Disenso, Buenos Aires – Argentina,  Nº 12, 1997, págs. 33-44.

[4] Citado en Ortiz Crespo, Alfonso y otros, Nuestro día Sol: una mirada al Monumento de la Independencia en sus cien años, Quito, FONSAL / Alcaldía Metropolitana de Quito, 2006.



Invitación Conferencia 457° aniversario del título “Muy Noble y Muy Leal” a la ciudad de San Francisco de Quito.

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EL INSTITUTO ECUATORIANO DE CULTURA HISPÁNICA

Tiene el honor de invitar a Ud.(es) a la conferencia a realizarse con motivo del 457° aniversario del otorgamiento del título “Muy Noble y Muy Leal” a la ciudad de San Francisco de Quito por el emperador Carlos V.

Las ponencias estarán a cargo de Daniel Crespo Cuesta, Alvaro R. Mejía Salazar y  Francisco Núñez Proaño, miembros del Instituto.

Fecha: Jueves 07 de febrero de 2013
Hora: 18h30
Lugar: Sede del IECH (Casa de Benalcázar, Olmedo OE5-74 y Benalcázar)

Hernán Tamayo
PRESIDENTE

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Conferencia 457° aniversario del título “Muy Noble y Muy Leal” a la ciudad de San Francisco de Quito.