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Acciones y reacciones : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

Acciones y reacciones : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo.

OPINIÓN

Acciones y reacciones

Sábado, 11 de Febrero de 2012

Por : Carlos Freile Granizo

En las últimas semanas he escrito algunas columnas sobre el ‘Mito de Alfaro’. Como nunca antes, han merecido abundantes respuestas. En honor a la verdad debo señalar que de cada cinco comentarios, cuatro han sido favorables. Los lectores me han animado a seguir escribiendo, han aportado nuevos datos sobre el mito, me han felicitado, agradecido y expresado su solidaridad.

Aquellos que, con todo derecho, han manifestado su disconformidad no han rebatido mis afirmaciones con nuevos datos o interpretaciones distintas, se han limitado a repetir lugares comunes como “Alfaro ya está en la memoria de los ecuatorianos como el mejor ecuatoriano y nada podrá cambiar eso”; otros me endilgan el ser descendiente de Carlos Freile Zaldumbide, lo cual no es verdad, con lo que pretenden quitarme credibilidad; la mayoría se limita a aplicarme epítetos: “sesgado”, “derechista”, “reaccionario”, “conservador”….

De inmediato surge la pregunta: ¿Por qué esa incapacidad de dialogar con quien piensa distinto? Más allá de la figura de Alfaro, con sus aciertos y desaciertos, es evidente que en el Ecuador se ha construido una memoria social acorde con una sola línea de pensamiento. Aquello mismo de que se acusaba a los regímenes anteriores ha sido el eje de la educación: la imposición de una visión de la Historia sin la posibilidad de disentir.

Generaciones de ecuatorianos han sido víctimas del pensamiento único, lo cual es grave, pero más grave es la convicción de la propia infalibilidad, la actitud de quien ve en cualquier pensamiento diferente una agresión o una impertinencia. Si realmente respetamos la verdad y deseamos verla brillar en la mente de las nuevas generaciones, es nuestra obligación aceptar otras versiones, cotejarlas con la nuestra, analizarlas todas con honradez. La imposición del pensamiento único es el primer paso firme del autoritarismo.

Presento mi respetuoso reconocimiento a los personeros de La Hora, pues nunca me han impedido expresar mis opiniones, sin importarles las diferencias con las suyas. “A tout seigneur, tout honneur”.

cfreile@lahora.com.ec


«Hablar de una revolución social con Alfaro es una incongruencia y está fuera de contexto, dice Núñez»

Hablar de una revolución social con Alfaro es una incongruencia y está fuera de contexto, dice Núñez

Aparecido en:
http://www.ecuadorenvivo.com/
Fuente del artículo:
http://www.ecuadorenvivo.com/2012012985521/sociedad/hablar_de_una_revolucion_social_con_alfaro_es_una_incongruencia_y_esta_fuera_de_contexto_dice_nunez.html#.TyXKTgLLJ5k.email
domingo, 29 de enero de 2012 13:52

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Dando click en este enlace pueden ver el programa completo:

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Durante un diálogo en el programa “La Polémica”, Erika Silva, ministra de Cultura, junto a Francisco Salazar y Claudio Mena, miembros de la Academia de Historia, y Francisco Núñez, historiador, analizaron el legado histórico de Eloy Alfaro y la Revolución Liberal. (CANAL UNO)

La ministra Silva sostuvo que el principal legado de Alfaro es que su revolución permitió al país ingresar a una sociedad moderna capitalista secular, que generó una ruptura con el Estado terrateniente que dominaba en el siglo XIX e instauró el proyecto del Estado nacional, además de que permitió la emergencia de nuevos actores políticos y sociales como las mujeres.

Claudio Mena señaló que Alfaro fue el gran transformador del país, al separar la Iglesia del Estado, lo que se conoce como laicismo, pues restarle poder a la Iglesia Católica, que dominaba no solo las tierras y la economía del país sino las costumbres y la forma de organización social, fue un trabajo por demás duro.

Por su parte, Francisco Salazar se permitió discrepar pues, a su juicio, con el Liberalismo se perdió la libertad electoral, la libertad religiosa, la libertad de prensa y de pensamiento, y la libertad de enseñanza, cuya verdadera autoría adjudicó a Velasco Ibarra.

La ministra Silva rebatió afirmando que en esa época no se puede hablar de limitaciones a la libertad electoral, pues ésta no existía. Además dijo que el Estado laico más bien garantizó la libertad religiosa, y que la enseñanza debía pasar a ser regulada por el Estado laico.

Por otro parte, Francisco Núñez afirmó que para analizar un proceso como la Revolución Liberal se debe partir de dos presupuestos: “la historia es un instrumento de dominio y Alfaro dentro de ese proceso para la historiografía oficial se ha convertido en un mito. La Revolución Liberal en lo que compete a cambios radicales y reales no significó mayor cosa para el país (pues) la condición miserable del indio (…) (y) el latifundio en la Sierra se siguió manteniendo por mucho tiempo más”. Añadió que quienes sostuvieron la Revolución Alfarista fueron la bancocracia y las oligarquías agroexportadoras de Guayaquil, por lo que “hablar de una revolución social con Alfaro es una incongruencia y hablar fuera de contexto”.

(GB)



El asesinato de Alfaro : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

El asesinato de Alfaro : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo.

El asesinato de Alfaro

Por : Carlos Freile Granizo

Sábado, 28 de Enero de 2012

Diversas voces se han levantado en estos días del centenario del horroroso asesinato de Eloy Alfaro para convencernos de que los responsables fueron los periódicos, los oligarcas y el clero. Una equivocada visión de la Historia pretende que la masa no es capaz de actuar sin ocultas manos que la dirijan hacia la irracionalidad y el crimen. Se ha acusado al Gobierno en ejercicio de ordenar el traslado de los golpistas presos de Guayaquil a Quito, lo cierto es que el Presidente envió un telegrama al Gral. Navarro el 25 de enero en el que exigía que se tomen todas las precauciones en defensa de los presos y se los juzgue en Guayaquil. ¿Por qué los trajeron a Quito?

Navarro comunicó el crimen contra Montero e informó que no podía garantizar la seguridad de los presos. Los envió a la capital en contra de las órdenes del Gobierno, el cual dispuso su retorno desde Huigra al Puerto. No pudo ser: la tropa se negó a regresar. Durante todo el viaje la escolta se vio obligada a repeler los ataques de las pobladas. Lo mismo sucedió en Quito, a pesar de que no entraron por Chimbacalle. ¿Por qué tanta saña popular?

Como dice un folleto de la época: “por los inhumanos asesinatos de Guillén, Maldonado, Moscoso, Larrea, Jiménez, Lasso, Salvador Martínez, Zurita, el Comandante Sánchez y sus dos compañeros… el Capitán Santana y los sargentos fusilados… Vásconez, Carlos Valencia y sus compañeros… Vega, Vivar, Tello, Terán… los fusilamientos de Sabana Grande, la salvaje matanza de mujeres en Penipe, las víctimas de Cabras y Guangoloma…” Menciona a los desorejados y enumera algunos torturados… Concluye: “El régimen alfarista había causado a los derechos individuales y políticos de los ecuatorianos tantos y tales atropellos, con un largo séquito de luto, lágrimas, miseria y deshonra, que originaron la sanción del 28…”

¿Hacía falta un complot siniestro? Enseña Pierre Vilar: “La Historia está hecha de lo que unos quisieran olvidar y de lo que otros no pueden olvidar. Es tarea del historiador averiguar el porqué de lo uno y de lo otro”. Obligatorio recordar.

cfreile@lahora.com.ec

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El mito de Alfaro (IV) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

El mito de Alfaro (IV) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo.

Sábado, 21 de Enero de 2012


Por : Carlos Freile Granizo

Mucho se habla del aporte de los gobiernos alfaristas a la educación nacional. Una de sus innovaciones habría sido el declarar que la educación primaria debía ser obligatoria, gratuita y  laica. La novedad estaba en el tercer punto, pues ya en 1871 García Moreno había decretado los dos primeros, lo que fue confirmado en 1883. El laicismo en sí contiene elementos muy positivos, tanto a nivel de las competencias del Estado como en los fundamentos de la educación.

En lo primero: fue enormemente beneficiosa la separación del Estado y de la Iglesia, no lo fue que se desatase una auténtica persecución, con destierros y asesinatos o que se pretendiera controlar a la Iglesia con la arcaica Ley de Patronato, tampoco que se desterrara a religiosos dedicados a la enseñanza de las clases más pobres.

En lo segundo: en nuestro país no se estableció un auténtico laicismo, pues éste significa respeto a todas las religiones, creencias y visiones del mundo. Aquí se persiguió a una religión: la católica, las pruebas son innumerables e irrefutables. También se violó, y se sigue violando con contumacia, el derecho natural de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus propios criterios, no conforme a dictados de funcionarios estatales autoproclamados portadores de la “luz”.

Hubo otra muestra de falta de respeto al pensamiento ajeno, obrada por personas que enarbolaban la bandera de la tolerancia sin restricciones, ella fue el incendio de unas nueve bibliotecas de colegios y seminarios católicos, como lo testimonia un escritor de esa época, Julio María Matovelle, y lo cuenta el gran historiador Luis Robalino Dávila (sin contar el incendio parcial de la Biblioteca y Archivo de la Curia Arzobispal de Quito y el fusilamiento de un cuadro del Sagrado Corazón).

Frente a la campaña tendiente a convertir a Alfaro en la suma de todos los bienes, es indispensable enfocar asuntos dejados en la sombra aunque aparezcan resentidos ávidos de silencio. Ya lo dijo Orwell: “El hombre verdaderamente libre es el que dice lo que los demás no quieren oír”. Obligatorio recordar.

cfreile@lahora.com.ec
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Leónidas Plaza de cuerpo entero.

Reproduzco a continuación un entretenidísimo (por no decir delicioso) relato de Miguel Ángel González Páez sobre Leónidas Plaza Gutiérrez, jerarca liberal -tan responsable como Eloy Alfaro del totalitarismo liberal impuesto en el Ecuador pos 1895, por cierto el viejo luchador se refirió así de «Placita»: “Plaza es un soldado desleal y no tiene ideas políticas”-, presidente del Ecuador en dos períodos entre 1901-1905 el primero, y 1912-1916 el segundo; genearca y padre de «aristócratas» ecuatorianos del siglo XX -como siempre, saque usted sus propias conclusiones-:

Leónidas Plaza de cuerpo entero[1]

Leónidas Plaza Gutiérrez

Leónidas Plaza Gutiérrez

En sus primeras exhibiciones en público, el General Plaza proporcionó a la prensa política, temas curiosos para crítica burlona. Un día se le ocurrió  revistar la Guarnición de Quito, y se presentó al acto vestido de levita negra; cubierta la cabeza con el socorrido sombrero hongo[2], y calzado de zapato amarillo[3].

Invitado por doña Rosa Elena Villacís de Barba, concurrió una tarde al generoso obsequio de un Té bailable, uniformado a manera de un Duque de Sajonia: llevaba kepi de húsares, dormán de paño blanco franjeado de oro y rojo; pantalón azul; y así, tan aplanchado mi General, quiso bailar, con todas sus fuerzas, las alborotadas chilenas que, con el ponche cocktail y la agitación de la cueca suelta, encienden la sangre. Cuando el músico genial y diestro ejecutor don Aparicio Córdova, rompió a toda orquesta la obertura de la Caballería ligera de Suppé, el Presidente General se acercó al maestro y le dijo: “Cambie ese tono con una chilena”. Obedecido el pedido, cesó la obertura de Suppé, y al concierto clásico siguió la alborotada chilena bajo la batuta de Córdova, a cuyo derroche de notas populares, rompiendo los estrechos límites de la etiqueta, nuestro apuesto Presidente, como haciendo honor, paseó por el salón a la mejor morena de la selecta concurrencia, que vestía de percal de oro y blanca seda. Suelta de su brazo; ya vis a vis los danzantes; ella bajo un centenar de miradas saeteras de mozos tentadores, y también de émulas beldades; ojinegra, piropo de Cupido, borneando blanco pañuelo por encima de su cabeza de bucle cabello, rodeó encantadora al verde lechuguino zapateándole de alegría; luego instándole a danzar, con porfía le acomete acercándosele dadivosa de su gracia seductora; ya se retira serpenteándole por la espalda y pecho, como que huye de él ligera, incitándole a seguirla y sacudiéndole el pañuelo. De pronto, virada a un lado, le aborda coquetona; cambia amura, y displicente, y resuelta, y vencedora, enfrenta al General su rostro de rítmica belleza, donde juegan gracias de dulzura, y en augusta actitud, en las barbas mismas del cuitado militar, con sonrisa picaresca, hace venia de cabeza, y entre bulla de aplauso y los ruidos de la orquesta, a su asiento se retira. Era el cado, que don Leónidas, como no había tenido noticia de lo que era etiqueta, tampoco había sabido que bailar era dar movimientos, haciendo airosas mudanzas de cuerpo a compases de la música.

Prohibido por orden de Autoridad de Policía, estaba el entrar a la Alameda en vehículos de cualquier clase que fuesen; otro día, el señor Presidente de la República, se dirigió a ese lugar de paseo público, en lujoso coche, y aun cuando fue notificado con la prohibición existente, por un Inspector de Orden, riéndose de ello, mando al cochero penetrar en el parque, en cuyas calles, siempre sonreído, paseó con unos sobrinitos suyos llegados de Guayaquil. Esas ligerezas del General exhibidas en diversas actitudes, delatando su condición social, dieron de continuo ocasión a las murmuraciones del pueblo.


[1] González Páez, Miguel Ángel, Memorias históricas, Quito, 1934, págs. 445, 446, 447

[2] El nombre de ese tipo de sombrero es bombín: propio del burgués británico y muy común en Sudamérica entre las indias bolivianas y argentinas, gracias a un comerciante inglés.

[3] ¿Protobarcelonista?



El mito de Alfaro (III) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

El mito de Alfaro (III) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo.

Sábado, 14 de Enero de 2012

Por : Carlos Freile Granizo

Las dos joyas de la corona de Alfaro fueron el Ferrocarril y el laicismo (sobre el que volveré). Se suele olvidar, sobre todo en los textos escolares, que la difícil y formidable obra del tren fue iniciada por García Moreno y continuada por los gobiernos progresistas. Nadie puede negar el impulso dado por Alfaro para finalizar el proyecto, pero tampoco su apoyo desmesurado a Archer Harman, en perjuicio de los intereses nacionales.

Uno de los más acreditados especialistas en el tema, John E. Uggen, escribió un texto estremecedor, en cuyas primeras líneas se lee: “Cuando Archer Harman falleció, era el accionista principal del Ferrocarril del Sur. Cómo llegó a ser el propietario del Ferrocarril es uno de los capítulos más interesantes de toda la historia del Ferrocarril ecuatoriano.  Este ensayo tratará de demostrar como Harman convirtió su inversión inicial de una acción de cien dólares en la Guayaquil and Quito Railway Company en 1897 en 59.069 acciones de 5,6 millones de dólares a su muerte en octubre de 1911”.

Paradoja nunca aclarada: el Estado ecuatoriano pagó a Harman ingentes cantidades de dinero y por ello quedó muy endeudado, como reconocen todos los historiadores, sin embargo, al final de la construcción, el Ferrocarril pertenecía en gran parte a…. Harman.

Franklin Cepeda A., estudioso del tema, nos informa que en 1900 hubo un tremendo derrumbe en Guamote: “Alfaro, en afán de salvar el proyecto, entrega a la Compañía una fuerte cantidad de dinero obviando toda fórmula legal”. Según el contrato, el tren debió llegar a Quito en 1907, esto sucedió en 1908, por lo cual la empresa debía pasar a poder estatal, pero Alfaro apoyó a Harman y la propiedad del Ferrocarril continuó en sus manos.

Para mayor extrañeza, en 1911 una comisión de alto nivel determinó que no se habían cumplido las condiciones del contrato. De hecho se habían usado partes de la carretera nacional como terraplenes para los rieles (lo dice Luis Robalino Dávila), además de otras cosillas. Curiosamente, Alfaro y Harman eran hermanos masones. Obligatorio recordar.

cfreile@lahora.com.ec
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HASTA “ALFARO HONRÓ A GARCÍA MORENO”
ALFARO: LA MASA PEDÍA SU SANGRE. HISTORIA SECRETA DE AMÉRICA -18-
¿SABÍAS ESTO DE ELOY ALFARO, “EL MEJOR ECUATORIANO”?


El mito de Alfaro (II) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

El mito de Alfaro (II) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo.

Sábado, 7 de Enero de 2012

Por : Carlos Freile Granizo

Hace pocos días un historiador áulico alababa a Eloy Alfaro por su “defensa de los derechos humanos”. Alabanza que refleja otro mito. Ya en la campaña de la Restauración en 1883, en la Costa, mandó fusilar a decenas de personas por el delito de no estar de acuerdo con él o por oponerse a la requisa de acémilas, reses y alimentos, justificó tales excesos con “que es principio admitido por todas las naciones civilizadas, el que la guerra viva de la guerra”. Olvidaba que los campesinos costeños no eran sus enemigos, sino el dictador Veintemilla, a quien había apoyado con anterioridad.

Ya en el poder, Alfaro no escatimó método alguno para reprimir a sus opositores con desprecio absoluto de las libertades ciudadanas y de los derechos naturales. Son de sobra conocidas las torturas administradas a los presos políticos y a los periodistas disidentes: “Cepo Pérez”, “Trapiche Franco”, baños de agua helada… Todos conocían a los vencidos desorejados después de alguna batalla, nadie ignoraba el fusilamiento de soldados participantes en un frustrado golpe contra él, escogidos por sorteo; sin fórmula de juicio y con el agravante de que la pena de muerte ya estaba abolida en el Ecuador, igual el de Tello y cien más. Varias familias lloraron a los estudiantes universitarios asesinados por pedir libertad de sufragio en manifestación pacífica (1907).

El número de desterrados y confinados alcanzaba cotas nunca vistas. Para qué hablar de las imprentas destruidas y “empastadas”, de las calumnias contra los opositores, de las campañas de desprestigio en la prensa adicta. Cedo la palabra a un contemporáneo de Alfaro, Ricardo Cornejo, el 27 de junio de 1911: “… sean largos o cortos los días que queden de vida al Caudillo de Enero y de Junio, seguirá influyendo siniestramente en la política del Ecuador; más todavía: se nos imagina que hasta después de un siglo de su muerte, se hará sentir el fatal influjo de aquel personaje en la suerte de las generaciones futuras. Las obras del mal son mucho más largas y duraderas que las del bien”. Obligatorio recordar.

cfreile@lahora.com.ec


¿SABÍAS ESTO DE ELOY ALFARO, “EL MEJOR ECUATORIANO”?

¿SABÍAS ESTO DE ELOY ALFARO, “EL MEJOR ECUATORIANO”?

“Alfaro todo lo atropellaba, congresos, concejos municipales, instituciones e individuos: convertía el presidio  en habitación de sus adversarios y malquerientes: la verdad andaba prófuga y la voz ahogada de los conservadores estallaba en descargas de fusilería. ¡Qué tiempos aquellos! No parecía sino que la libertad política se la habían conquistado para sí cuatro ambiciosos sobre la ruina de las libertades públicas… se deportaba liberales y conservadores a las playas centro-americanas, el presidio estaba lleno y un soplo de horror trágico pasaba por la frente de los ecuatorianos… Es Vivar que cae de bruces en las puertas del cementerio de San Diego; es Guillén que implora compasión en el patio de la Intendencia de Cuenca; es Tello, que triste y desesperadamente proclama su inocencia en el Malecón de Guayaquil; es el P. Emilio Moscoso, que rueda herido por la bala asesina a los pies del crucifijo en el colegio de los jesuitas de Riobamba; es el pobre clérigo Eudoro Maldonado, que se revuelca en estancia solitaria moribundo y congojoso; son los que murieron de nostalgia y hambre en las playas centro-americanas; los que hallaron su tumba en la costa ecuatoriana, víctimas de la fiebre amarilla; los vapuleados de Cuenca, los desorejados de Tulcán, los torturados de Quito, los asesinados en Guangoloma… Perdón, pobres sombras”.

Manuel J. Calle, liberal partícipe de la revolución de 1895, en Hombres de la revuelta.

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Analicemos objetivamente las distintas facetas de Alfaro, expuestas en los siguientes temas, cuya información ha sido tomada tanto de páginas web y libros de admiradores como de detractores.

ALFARO Y LOS “DERECHOS HUMANOS” –  ATROCIDADES:

• En el cementerio de San Diego, el notable periodista conservador Víctor León Vivar daba el adiós a los restos mortales de Pablo Herrera, académico de la Lengua. Cuando abandonaba el cementerio, fue cazado entre las tumbas por soldados alfaristas y acribillado a balazos.

• En 1883, en las guerrillas de la “Restauración” contra Veintemilla, como en 1884, en la Revolución de los Chapulos contra Caamaño, Alfaro cometió desmanes y asesinatos en Manabí y Esmeraldas. En uno de aquellos episodios Alfaro asaltó el vapor Huacho, donde hizo una carnicería impresionante.

• A los vencidos en Taya, las tropas de Alfaro, en acto de ferocidad, mutilaron las orejas.

• En 1906, asesinó a dos adversarios: los generales Antonio Vega Muñoz y Emilio María Terán, el primero conservador y el segundo liberal… Vega Muñoz fue derrotado por el general liberal Ulpiano Páez en Azuay. Prisionero, llegaba a Cuenca en una mula vieja y coja, para escarnio, cuando lo obligaron a bajar para que entre a pie, y entonces le suicidaron (dispararon).

• Los motines contra el gobierno de Alfaro se sometieron, por su orden, a sangre y fuego, incluso mediante fusilamientos prohibidos por su propia Constitución.

• Ese mismo Diciembre (1906), el batallón “Vargas Torres” saqueó la ciudad de Loja con la connivencia de las autoridades alfaristas locales, quedando el hecho totalmente impune.

• El 25 de abril de 1907, una manifestación de estudiantes de Quito, culminó en dolorosa masacre. La guardia pretoriana de Alfaro asesinó a los estudiantes disparando contra ellos a boca de jarro.

• A los periodistas y opositores presos les daban baños de agua helada, en la fría madrugada de Quito. Un periodista de apellido San Martín murió de pulmonía por ello.

• También les aplicaban las torturas llamadas “Trapiche Franco”: llenar el cuerpo de torniquetes muy apretados, y “Cepo Pérez”: colgar a la víctima de los testículos.

• Son tristemente recordados a este respecto los abusos del Intendente General de Policía de la época, Modesto A. Peñaherrera, quién inicio propiamente la época de nuestro terror (así como Francia tuvo el suyo con su revolución liberal) el 18 de Septiembre de 1895, cuando envió escolta armada a que redujeran a prisión al doctor Camilo Ponce Ortiz, con la orden ultrajadora de que se le condujera amarrado ante la presencia del caudillo liberal, que curioso, deseaba conocerle personalmente. Al  presentarse Ponce ante Alfaro, lo único que acertó a decir este  último fue: “Agradezca usted que todavía tenga la cabeza en sus hombros”.

• Durante el inicio del totalitarismo liberal, Abelardo Moncayo (uno de los asesinos de García Moreno), quien junto a varios otros “librepensadores” recomendaban “un sano terror”, creó la primera policía secreta del país “para defensa de la revolución”, durante su función como Ministro del Interior y de Policía entre 1897 y 1901. Es aquí dónde se implementan los primeros salones de tortura de la historia republicana del Ecuador. Contaban con métodos avanzadísimos para la época, por ejemplo; “shocks” eléctricos que eran aplicados a las víctimas opositoras al gobierno.

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ALFARO Y LA “DEMOCRACIA”:

«No vamos a perder con papelitos (votos) lo que hemos ganado con los fusiles.» Eloy Alfaro

Escuchemos al Historiador y Cronista de Quito, Dr. Jorge Salvador Lara, Director Honorario Vitalicio de la Academia Nacional de Historia:

“No obstante, difícilmente podrá figurar como paladín de las libertades, pues históricamente consta que Alfaro -cuyo doctrinarismo liberal fue, por lo demás, nebuloso, personalista y romántico- aherrojó en nombre de la libertad todas las libertades y conculcó en nombre de su partido todos los derechos: persiguió a sus enemigos, les hizo encarcelar y torturar, les confinó o desterró.

Clausuró periódicos, empasteló imprentas, incineró libros y documentos históricos. Fusiló como el que más y bajo su régimen murieron asesinados connotados políticos de la oposición, permitió penas infamantes, hizo disolver a balazos las manifestaciones contrarias; coaccionó al Congreso con barras asalariadas de garroteros; su guardia pretoriana asesinó estudiantes disparando contra ellos a boca de jarro…

Persiguió a la Iglesia; suprimió las misiones en el oriente amazónico, vanguardia de la patria ecuatoriana, dejando el campo abierto al avance sureño que no se hizo esperar; encarceló sacerdotes, desterró prelados, permitió vejámenes a la jerarquía metropolitana, profanaciones de templos, sacrilegios, asesinatos de religiosos, todo ello sin castigar jamás a los sayones.

Confiscó propiedades privadas.

Propició el fraude electoral entronizado desde entonces durante decenios.

Quebrantó las leyes cuantas veces quiso, incluso la propia Constitución liberal. Impuso como normas el machete y el garrote.

En fin, encarnó corregido y aumentado el militarismo de Urbina, Robles y Veintemilla, sólo que fue más arbitrario, más prepotente, más antidemocrático y dictatorialista que aquéllos…”.

• Alfaro nunca ganó una elección, siempre subió al poder por golpe de estado.

• En 1895 encarceló a los redactores del periódico La Ley.

• En 1896 en Quito, la represión a los conservadores fue durísima: la Universidad y sus profesores fueron ultrajados y los periódicos, clausurados.

• En las elecciones para la Asamblea Constituyente que se reunió en Guayaquil el 9 de octubre de 1896, casi todos los elegidos fueron liberales y gobiernistas. Hubo fraude.

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ALFARO Y LA IZQUIERDA SOCIALISTA:

 “Alfaro fue la materialización del capitalismo bancario naciente, de la economía de exportación de la zona litoral, de la política burguesa recién nacida, con el sentido liberal que es, históricamente, su expresión y su forma.” Leopoldo Benites Vinueza en Ecuador, drama y paradoja.

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ALFARO Y LA EDUCACIÓN:

Decretó que la enseñanza primaria pública sea obligatoriamente LAICA: prohibido hablarles a los niños de Dios.

Gabriel García Moreno, el 8 de Noviembre de 1871, había expedido la Ley de Instrucción Pública, que ordenaba que la educación primaria sea OBLIGATORIA Y GRATUITA. Alfaro sólo añadió: laica.

Los religiosos ya no podían ser profesores en las escuelas públicas.

Asimismo, quedó prohibida la ayuda gubernamental a los establecimientos educativos particulares (en aquella época, todos católicos), que quedaron sujetos al poder despótico de los colegios laicos oficiales.

En 1900 dispuso que los Colegios Católicos no puedan recibir exámenes y conferir títulos de bachiller.

La educación laica en la siguiente generación produjo marxistas, comunistas y socialistas y no liberales.

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LA PERSONALIDAD DE ALFARO:

Sus estudios consistieron en instrucción primaria en su lugar natal: fue educado a saltos, con un profesor privado de contabilidad. Careció, por lo tanto, de estudios académicos serios. Sus biógrafos lo tildan de buen hijo, esposo fiel y buen padre de familia.

No fumaba, no bebía, no era libertino.

“Jamás defraudó un centavo del fisco en beneficio propio, aunque solía hacerse el de la vista gorda ante las tropelías sin cuento y sin cuenta de sus partidarios. Era manisuelto en extremo, no sólo con lo suyo sino hasta con lo del Estado. No gustaba adular a nadie, pero le deleitaba que le adularan”. Dr. Jorge Salvador Lara.

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LA MUERTE DE ALFARO:

Los admiradores actuales de Alfaro dicen que Alfaro fue un “mártir” de sus ideales.

La Real Academia define el vocablo martirio como: (Del lat. martyrium): Muerte o tormentos padecidos por causa de religión, ideales, etc.

Entonces, para que Alfaro fuese mártir, debió morir a manos de los conservadores o la Iglesia.

Pero Alfaro murió a manos de liberales, por lo tanto, su muerte debe tipificarse más bien como “traición” no como “martirio”.

De su muerte, dice el Dr. Jorge Salvador Lara, que las arbitrariedades de Alfaro le hicieron granjearse:

“…el rechazo y el odio de sus propios copartidarios. Todo esto explica, quizá en algo, su muerte salvaje y brutal a manos de sus carceleros liberales…”.

Fue apresado por orden de su coideario liberal, el Presidente Dr. Carlos Freile Zaldumbide. Quien ejecutó la orden fue el general liberal Leonidas Plaza Gutiérrez, de quien Alfaro dijo: “Plaza es un soldado desleal y no tiene ideas políticas”.

La guerra a muerte entre las facciones liberales culminó en sangre y tragedia el 28 de enero de 1912, con el asesinato de Eloy Alfaro.

En la turba enloquecida que asaltó la cárcel de Quito, estaban personas del pueblo que odiaban a Alfaro por haber causado tantos muertos y lisiados con sus levantamientos militares, torturas y represiones.

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OBRA QUE ERRÓNEAMENTE SE ATRIBUYE A ALFARO:

• La libertad de los indios del Concertaje: prisión y trabajo por deudas.

Gabriel García Moreno, como senador por Pichincha en el Congreso de 1857, ya había luchado por la abolición del tributo a los indios. Pero quienes efectivamente liberaron a los indios del Concertaje fueron:

a)El Dr. Alfredo Baquerizo Moreno, quien elegido Presidente de la República en 1916, abolió en 1918 el Concertaje y la prisión por deudas.

b) El Dr. Víctor Manuel Peñaherrera Espinel, jurista autor de la “Ley de Jornaleros” o de Abolición del Concertaje, presentada al Congreso el 28 de Junio de 1918.

• El ferrocarril costa-sierra: Alfaro sólo terminó lo que Gabriel García Moreno había empezado.

Sin embargo, su construcción en el tramo de “LA NARIZ DEL DIABLO” ha sido muy criticada por expertos extranjeros, pues se construyó fuera de toda lógica ingenieril. Levantar ese tramo, tomó un año de inquebrantable trabajo a un costo de más de un millón de sucres cotizados en alrededor de dos sucres por dólar de la época y cientos de vidas de trabajadores que fueron enterrados en fosas comunes, en un improvisado cementerio olvidado, en el Kilómetro 106 de Naranjapata.

(Opinión del redactor: ¿Por qué entonces hacer pasar por allí el ferrocarril? Me atrevo a decir que porque se pensaba que el tesoro de Atahualpa escondido por Rumiñahui estaba allí: el tesoro de Nicsag, enterrado en la quebrada de dicha población, y pensaron encontrarlo a punta de explosiones en las laderas. Las más autorizadas versiones sobre este fabuloso tesoro las trae el doctor Silverio Torres, de Sibambe y el indígena Gregorio Boina, de Nicsag).

Más tarde se le acusó de vivir en Lima vendiendo los bonos del ferrocarril.

• La canalización de Guayaquil:

“Solamente en 1910 tuvimos agua potable y en la década del 20, se empezó la canalización”. Guayaquil y 450 años, Elías Muñoz Vicuña, Revista Diners N° 62 Ecuador, Julio de 1987. Alfaro murió en 1912, así que difícilmente pudo hacer la canalización de Guayaquil.

• El Conservatorio Nacional de Música:

El 3 de Mayo de 1870, el Presidente Gabriel García Moreno creó en Quito el Conservatorio Nacional de Música, bajo la dirección del músico francés Antonio Neumane, quien compuso la música de nuestro Himno Nacional.

Clausurado en la presidencia de Ignacio de Veintemilla, fue simplemente refundado en 1900, en la presidencia de Eloy Alfaro.

• Los Colegios Normales Juan Montalvo para varones y Manuela Cañizares para mujeres:

Fueron fundados por Leonidas Plaza.

• El Colegio Militar:

Fue fundado por Vicente Rocafuerte en 1838 como “Escuela Militar”. El presidente Gabriel García Moreno lo reorganizó en 1869, aumentando las materias: Historia, Lógica, Idiomas y Matemáticas, con el nombre de “Escuela Práctica de Cadetes”. “Con el asesinato del Presidente García Moreno, el 6 de agosto de 1875, la Escuela perdió a su mayor y entusiasta forjador”. María Antonieta Vásquez Hahn, “El Palacio de la Exposición”, Quito, 1989.

En 1892 reorganizó la Escuela el Presidente Luis Cordero.

En 1899, lo que Eloy Alfaro hizo fue cambiarle el nombre a “Colegio Militar”.

En 1912, el Colegio se trasladó al edificio de la Escuela de Artes y Oficios de señoritas pobres, de la Asociación de las Señoras de la Caridad, de Quito, del que arbitrariamente se había apropiado el gobierno de Alfaro con motivo de necesitar el local en préstamo para la Exposición Internacional de 1909.

• El monumento a los Héroes del 10 de agosto de 1809:

Fue planificado en 1892 por el Presidente Luis Cordero; encargando el diseño a un hermano salesiano de apellido Minghetti. Alfaro solamente lo inauguró.

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Alfaro: La masa pedía su sangre. Historia secreta de América -18-

Nota preliminar y advertencia (si este blog no es de tu agrado… lo mejor que puedes hacer es simplemente no leerlo): Escribí el siguiente artículo por pedido de una revista quiteña. Este debía haber sido publicado en forma impresa el año pasado; mas por distintas razones finalmente no lo fue. Lo publico íntegramente como debió haber sido impreso (sin notas al pie de página, etc., por requerimiento editorial), sin añadirle ni quitarle nada, por cuestiones de espacio no incluí el primer asesinato y arrastre de Pedro Montero en Guayaquil (25 de enero de 1912), así como tampoco los antecedentes históricos de los arrastres -tradición de los liberales ecuatorianos-.

Debemos meditar y reflexionar sin prejuicios -históricos, políticos, ideológicos- de por medio. Buscando acercarnos lo más posible a la verdad. El resto viene por añadidura. El problema del liberalismo-alfarista histórico ecuatoriano es que no tuvo nada de liberal. Al pueblo lamentablemente se lo mantiene ignorante, con un fin claro: La historia oficial nos envenenó con falsos conceptos que se prestaron a todas las interpretaciones y que solo sirvieron a los dueños del poder, esta es el instrumento del poder: “Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado”. (George Orwell).

Ahora concordante con el próxima 100° aniversario de la muerte de Eloy Alfaro (28 de enero de 1912) lo publico por este medio para todos ustedes dilectos lectores:


Alfaro: La masa pedía su sangre

Alfaro siendo recibido por los banqueros guayaquileños en Guayaquil el 18 de junio de 1895

En 1895 se instala en el Ecuador una feroz dictadura liberal pluto-oligárquica. Es cuando el capitalismo hace su entrada triunfal al país. La dominación liberal radical tuvo todos los caracteres de un régimen totalitario dirigido por Alfaro, que según el historiador Rodolfo Pérez Pimentel  “Tuvo talento comercial y varías veces hizo fortuna pero la gastó en aras del ideal liberal radical masónico.” La oligarquía creó una fuerza pública del mismo espíritu que impedía de hecho y con medidas sangrientas toda reacción, no solo de lo no liberales, sino aún de liberales que no estaban en la línea de la camarilla dominante, beneficiando sólo a quiénes rendían pleitesía al poder; este sistema acabó por poner frente a frente al régimen y a la enorme mayoría del país.

El presidente Emilio Estrada murió el 21 de diciembre de 1911 y asumía el poder Carlos Freile Zaldumbide. En Guayaquil  Pedro Montero desconoció a las autoridades y pedía el regreso de Alfaro -quien había jurado nunca más intervenir en asuntos políticos-, arribó desde Panamá el 4 de Enero de 1912 a Guayaquil. La guerra civil era inevitable.  Una  buena parte del país pedía la cabeza de Alfaro y el gabinete constitucional de Freile Zaldumbide designó a los Generales Plaza y Julio Andrade directores de la Guerra. En la costa Flavio Alfaro tomó el mando de las fuerzas radicales, que enfrentadas a las serranas en Huigra, Naranjito y Yaguachi, sufrieron aplastantes derrotas en medio de ríos de sangre y carnicería.

Alfaro viejo, casi decrépito, no encontraba soluciones, ni siquiera atinó a salir de Guayaquil cuando la situación se tornó perdida. Todos los responsables fueron capturados por Plaza y Andrade. El 26 fueron sacados sin miramientos a Durán para que tomaran el tren hacia Quito, para de allí ser conducidos al Panóptico por orden del gobierno.

Carlos Freile Zaldumbide, en telegrama desde Quito a Guayaquil  del 23 de Enero de 1912, al General Leónidas Plaza y publicado en los diarios  La Constitución, El Comercio y La Prensa decía: “Los Sres. Ministros y yo hemos acordado que a esos presos se les remita a esta capital con las seguridades debidas y bajo responsabilidad de algún Jefe de prestigio, pues la Nación entera reclama al gobierno el inmediato castigo de los que sin ningún motivo han ensangrentado la República solo por satisfacer sus mezquinas y bastardas ambiciones … En este momento todo el pueblo de Quito, congregado bajo las ventanas de mi casa solicita a gritos que a los presos se les traslade a esta capital para su juzgamiento”.

¿Quiénes clamaban la muerte del caudillo liberal, quiénes pedían su sangre? ¿La curuchupalidad acaso? No, de hecho el único medio de comunicación que no pidió la cabeza de Alfaro fue El Ecuatoriano, órgano del Partido Conservador; sus coidearios liberales exigían venganza a través de sus periódicos: “Nada de compasión. Las víctimas que han caído en el campo de batalla  no han merecido compasión… La vida de cada uno de los ecuatorianos caídos en Huigra, Yaguachi o Guayaquil vale tanto como la vida de Eloy Alfaro… ante la muerte de un hombre vale tanto como otro cualquiera…”  decía El Grito del Pueblo Ecuatoriano N° 150. Toda la prensa liberal, guayaquileña en  gran parte, pensaba de la misma forma: La Prensa periódico del liberalismo placista titulaba el 11 de Enero de 1912, “LA VIBORA EN CASA. Esta es la víbora que tenemos entre nosotros, oh! Ecuatorianos, y a esta víbora es preciso triturarla”.

28 de enero de 1912, día espantoso: El Intendente de Policía trata con González Suárez, sobre como intervenir cuando el pueblo se diera cuenta de la llegada de Alfaro y sus compañeros, siendo claro que tomaría actitud hostil porque habiendo perdido padres, hijos, hermanos, parientes y amigos en la injusta lucha, se encontraban indignados, y exacerbados además, por la prensa pública que clamaba castigo.

Alfaro fue asesinado en el Panóptico junto al resto de prisioneros que habían liderado la revolución, desde allí la masa enfurecida comenzó el arrastre. Una mujer golpeaba furiosa la cabeza de Alfaro, gritando “¡Me la pagaste indio verdugo!” – “No hagas eso” le dice un padre Bravo, y ella alza la cabeza para mirar al atrevido que le censura y dice: “Ud. no ha perdido marido ni hijo, yo sí.”

Miguel A. González,  testigo presencial de los hechos relata: “Y vimos desfilar  primero el cadáver de Coral; luego, el de Flavio Alfaro, que pasaban por delante de Palacio y descendían por frente de la Catedral. Por la esquina Municipal ingresaron los cuerpos de Páez y de Serrano”.  Los cadáveres de Medardo y Flavio Alfaro son llevados hasta la casa  de una alfarista, que decía tener relación con los espíritus, para que los resuciten.

Y sigue: “El cadáver  de Alfaro que entraba a la plaza por la esquina del cuartel de artillería… ocasionaba estampida general…pequeño cuerpo ceniciento… apenas cubierto con deshilos de la desgarrada ropa, con dos correas atadas al cuello…¡Qué espectáculo!… Con ávido ojos vimos en la cabeza de Alfaro, el rozar del cuero cabelludo  en los adoquines de la calle, que hacía subir o bajar las facciones de aspecto leproso; dibujábase en esos movimiento singulares, siniestras expresiones: era ya  la impresión reveladora de un Ay! Lanzado con angustioso dolor al abrirse la boca ensuciada con basuras del suelo, o era, al desplegarse  los labios sanguinolentos, el remedo de una risa desvergonzada. Cuando los nervios, la piel de la cara, por las contracturas  del occipital frontal, se estiraban hacia atrás, abríanse los ojos despavoridos, marcado en el semblante espantoso gesto, como de gemido, por su expulsión de la tierra… por la carrera acelerada que emprendieron los arrastradores de esa carne revolteada, pasando otra vez por el pie de la grada redonda de la Catedral, con griterías y vivas espantables, sin tiempo para desviar el cadáver de la curva, chocó la cabeza en el primer peldaño, por cuyo violento golpe, reventóse el cráneo en el undécimo sillar, haciendo de los sesos repugnante aspersión por el contiguo albañal (cloaca).” Y hasta hubo algunos que jugaron pelota con los testículos de los arrastrados. Después serían incinerados en El Ejido.

Así terminó la gran tragedia del 28 de Enero de 1912, pero la política de Alfaro no terminó en esas piras: El liberalismo siguió conculcando las libertades públicas. El pensamiento oficial, totalitario y dogmático que ha imperado en las últimas décadas en nuestro país y en el mundo, nos ha impedido formaros una visión integral de los sucesos históricos y políticos del pasado distante y reciente. Y es así como nos situamos en nuestro pequeño país, con una historia tan manipulada y tan falseada que muchas veces es hasta increíble entender lo que en verdad fue y no lo que nos lo pintaron; bien vale calificarla de «sui generis», o mejor aún de «anti-historia» -una grande y prolongada mentira- en palabras de Jorge Luna Yepes.

Por Francisco Núñez Proaño

Addendum: Increíble como la izquierda endiosa a Alfaro, padre del capitalismo ecuatoriano: ¡Estultos! en 1895 capitalismo = progresismo = izquierda. “Alfaro fue la materialización del capitalismo bancario naciente, de la economía de exportación de la zona litoral, de la política burguesa recién nacida, con el sentido liberal que es, históricamente, su expresión y su forma.” -Leopoldo Benites Vinueza



El mito de Alfaro (I) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

El mito de Alfaro (I) : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo.

Sábado, 31 de Diciembre de 2011

Por : Carlos Freile Granizo

En el Ecuador se perora en todos los tonos contra los mitos enquistados en el imaginario colectivo y perpetuados por la educación: el Reino de Quito descrito por el padre Velasco, la muerte de Abdón Calderón, la Revolución de los Marqueses…. Sin embargo algunos mitos no solo se mantienen, sino que se los fortalece de manera sistemática, por ejemplo “el indio Espejo”. Entre estas leyendas descuella la de Eloy Alfaro como sinónimo de todas las virtudes cívicas, como ideal indestructible para las nuevas generaciones, sobre todo aquellas seguidoras de la revolución del siglo XXI.

Desde mediados del siglo pasado se ha construido un Eloy Alfaro alejado de la realidad, no solo mitificado sino santificado, libre de defectos, siempre al servicio de los más altos intereses patrios, sin claudicaciones, carente de ambiciones personales, sabio, instruido (¿?) y prudente. Esa imagen de héroe homérico no podía compaginar con su muerte, tal como sucedió: crimen horrendo, lleno de sevicia inhumana.

¿Cómo un líder de tantos merecimientos pudo ser arrastrado y quemado con ignominia, desprecio y crueldad? ¿Cómo “el pueblo” pudo perpetrar semejante asesinato sangriento? Pregunta necesaria, sobre todo si se parte de otro mito enraizado en nuestros intelectuales orgánicos: que “el pueblo” amaba a Alfaro. Para resolver esta aporía se le ha ocurrido a una señora Ministra recoger firmas para decidir si el arrastre de Alfaro fue obra de ese también mítico pueblo.

Pareciera que fue arrastrado por fantasmas y sin dar ningún motivo. En todo este esperpéntico tinglado se han olvidado, entre otras cosillas, del arrastre del General Montero en Guayaquil, antecedente fatal de los acontecimientos de Quito. ¿Miles de firmas determinarán que Montero no fue arrastrado por “el pueblo” guayaquileño?

Todas estas construcciones mitológicas se coronan con el cinismo enfermizo de varios de los intelectuales orgánicos que mienten, saben que mienten, saben que nosotros sabemos que mienten y mienten con total desfachatez. Dignos herederos de Goebbels: obligatorio recordar.

cfreile@lahora.com.ec